PEDIR Y DAR
Si los que nos quieren nos piden demasiado, quizas no nos quieran tanto y solo se encuentran bien cuando nos ven sometidos. Los padres a los hijos y viceversa, las parejas, los amigos, el intercambio debe ser equitativo. Nadie tiene que someterse a otros para verse valorado.
Nuestras necesidades son tan importantes como las de los demás y también debemos trabajar para cubrirlas y no existir en precario, esperando que los demás se den cuenta de lo que necesitamos, si es que nos prestan la atención adecuada.
Las personas sin darnos cuenta vivimos poniendo etiquetas a otros a veces demasiado importantes, por riquezas, cargos, o simplemente por verlos superiores. Después tras estas etiquetas creemos que esos seres superiores nos miran mal, y eso nos hace sentirnos inferiores.
La solución es bien simple, nadie merece estar en un pedestal, el tamaño de las personas siempre es relativo, y nadie tiene que medirnos ni por encima, ni por debajo.
Desde pequeños el valorarse es algo que nos acompaña, porque ya se encargaron nuestro mayores de poner precio o compararnos con otros para que asi fuera. No es bueno compararse, cada uno tiene una virtud, algo bueno que dar y si buscamos en nosotros mismos aparecera, pero no porque estemos buscando algo que otros nos dicen que tenemos que tener, sino porque verdaderamente buscamos lo que nos hace bien y esta dentro de nosotros. No importa si estamos solos o acompañados, somos valiosos y podemos aportar valor a lo que nos rodea.
Cada día puede ser un regalo, solo tenemos que abrir la caja cuando comenzamos la jornada. Si por la mañana al levantarnos no vemos las cosas como como obstáculos, sino como desafíos que podemos resolver, nos ocupamos durante el día de crear circunstancias para resolver el mayor numero de ellos, esto nos va a hacer sentirnos bien, útiles valiosos y capaces. A veces no es posible solucionarlo todo, pero si nos hemos enfrentado a todo con confianza y actitud de logro, lo más probable es que nuestro vaso lo veamos siempre medio lleno y nuestra perspectiva de lo que falta sea menor.
No tratar de ser perfectos, porque la perfección no existe, solo es algo que nos encapsula en un medio pequeño con muchas paredes. Ser flexibles en lo que hacemos, en nuestras relaciones, en nuestros logros, de esta forma nos sentiremos más capaces, al ser rígidos y no poder llegar donde queríamos solo nos va a dar sensación de fracaso y desvalorizar nuestra mente, así solo aparecen sentimientos de abatimiento y no avanzamos.
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