Ser o Estar
La felicidad, es sin duda el valor que todos anhelamos en nuestra vida, es estar satisfechos
con nuestra vida, y con todo lo que hay en ella.
Muchos confunden la felicidad con la alegría, pero lo cierto es que la felicidad es duradera, y
la alegría pasajera.
No somos alegres, sino que más bien Estamos alegres en algunos momentos, como en otros
Estamos tristes.
La felicidad no es Estar, es SER.
Cuando somos realmente felices, no importa lo que pase, no importa si pasamos por un
momento difícil porque igual encontraremos momentos para sonreír, no importa si caemos
porque volvemos a levantarnos, no importa si fallamos porque volvemos a intentarlo.
Muchas personas no saben esto pero “ser feliz sólo depende de ti” y de nadie ni de nada más.
Si relegamos nuestra felicidad a los demás o a los acontecimientos que nos sucedan sólo
podremos ser felices cuando los demas lo deseen y cuando los acontecimientos surjan
como los deseamos.
Serán los demás y nuestro alrededor los que tengan el poder de decidir sobre nuestra
felicidad, siendo pocos los momentos en los que podremos gozar de ella..
Sin embargo, cuando la felicidad tan sólo depende de nosotros mismos y de nada ni nadie
más, todo cambia, pues podremos ser felices siempre que así lo deseemos nosotros.
Y en realidad eso es la verdadera felicidad!
Cuando la felicidad sólo depende de nosotros y deja de ser la consecuencia de determinados
sucesos, es cuando se es verdaderamente feliz.
La verdadera felicidad consiste en ser feliz con todo y a pesar de todo, no sólo en los buenos
momentos sino también en los malos.
La verdadera felicidad no es un estado de ánimo sino que es una actitud personal, es ser
consciente de que la tristeza y el sufrimiento no nos aportan nada bueno y que por ello
debemos reducirlos a los momentos estrictamente necesarios (muy pocos) y aprovechar
el máximo tiempo posible en ser felices.
Para ser feliz tan sólo hace falta que tomes la firme decisión de querer serlo y comprometerte
con esa decisión.
Así que, sé feliz!
“Existen maravillas en todo, aún en la oscuridad y el silencio, y aprendo a estar
satisfecho en cualquier estado en que me encuentre.” Helen Keller
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