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domingo, 16 de junio de 2013

Dejar de preocuparse

16 de Junio

 Dejar de preocuparse




Nos mortificamos por el pasado, reviviendo una y otra vez en nuestra mente acontecimientos negativos que han sucedido: una discusión con nuestra pareja o en el trabajo, un proyecto que salió mal, una circunstancia adversa… Nos arrepentimos de lo que hemos hecho, de lo que no hemos hecho, y de lo que hicimos pero podríamos haber hecho mejor.
Y nos preocupamos por el futuro, con una visión catastrófica que adelanta acontecimientos negativos: “¿y si sale mal? ¿y si me ocurre algo malo? ¿y si salgo a la calle y me atropella un barco?”.
Tenemos miedo al rechazo, a fracasar, al qué dirán, miedo a tomar una decisión por si nos equivocamos, miedo a emprender por si nos arruinamos. Incluso existe el miedo al éxito: ¿y si no merezco lo que voy a conseguir? ¿y si luego lo pierdo? ¿y qué pensarán los demás?.
Como nuestro cerebro va más rápido que nuestra percepción de la realidad, se trae cosas del pasado o se inventa cosas del futuro.
Cuando nuestro cerebro está al 100% en algo, es más difícil que se traiga pensamientos recurrentes. En una situación de tensión, en la que tienes que enfocar toda tu atención, no piensas en nada más. Sin embargo a veces llegamos con el coche al trabajo y ni nos acordamos del camino que hemos hecho, hemos estado todo el rato pensando en otras cosas!
Vivir en el momento presente significa dejar de tener estos pensamientos involuntarios y enfocarnos en lo que está sucediendo o estamos haciendo en este preciso momento.

La gran ventaja de vivir en el momento presente es que tu mente no se ve distraída por estos pensamientos involuntarios, con lo que puedes:
* Concentrarte más en lo que estás haciendo
* Disfrutarlo más, porque percibes cada detalle
* Hacerlo mejor, puesto que no estás utilizando parte de tu mente en preocuparte por otras cosas, toda tu capacidad estará dedicada a ello
* Acordarte mejor, al concentrarnos activamente se terminó el olvidarnos de las cosas que hacemos por despistarnos con otros pensamientos.
En general cuando nuestra mente se pierde en recuerdos y preocupaciones vivimos más amargados y nos despistamos más. Cuando vivimos en el presente somos más felices y productivos.

Ahora bien, ¿queremos estar siempre 100% presentes, concentrados en lo que hacemos?
No necesariamente, si por ejemplo estamos realizando una tarea mecánica que no nos supone esfuerzo mental y que no nos resulta especialmente placentera, no pasa nada por estar a la vez pensando en nuestras cosas (positivas mejor  ) , hablando con alguien, escuchando música, etc.
Pero sí deberíamos tener la capacidad de estar en el momento presente, siempre que nosotros queramos, sin que nos interrumpan estos pensamientos involuntarios, ¿cómo podemos hacerlo?

La gracia es que no le puedes decir al cerebro, “no me traigas estos pensamientos”, porque como ya sabemos, si le dices eso va y te los trae (“no pienses en un elefante rosa”).
Básicamente lo que sucede es que el cerebro se “aburre” y nos trae cosas que a él le parecen más importantes que lo que estás haciendo en ese momento: por ejemplo arrepentimientos del pasado o bien preocupaciones por el futuro. Estos pensamientos recurrentes pueden venir como imágenes, sonidos o sensaciones.
Por ejemplo estamos observando algo, viendo la tele o leyendo un libro, y de repente vemos una imagen mental. Es como un recubrimiento sobre nuestra visión, una especie de diapositiva: con los ojos estamos viendo la realidad, pero con la mente estamos viendo este recuerdo. Igual sucede con los sonidos y las sensaciones/emociones.
Ahora, ¿cómo nos deshacemos de estos pensamientos involuntarios? Básicamente hay dos caminos, y los dos son complementarios:
* Conseguir que nuestro cerebro deje de generar pensamientos involuntarios. Tranquilizar nuestra mente. Acallar nuestro diálogo interno.
* Cambiar nuestros pensamientos negativos por positivos. Es decir si tu cerebro te trae imágenes, sonidos o emociones negativas, las cambias por positivas y las guardas de nuevo en tu memoria. Además así es más difícil que el cerebro te las vuelva a traer involuntariamente.
Preocupaciones las justas y nada mas, parece dificil, pero es algo accesible y que se puede aprender.









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