Tener razón o ser feliz
Si estás dispuesta a no quedarte de brazos cruzados, esperando a que la vida, el tiempo, la suerte o los demás te resuelvan la vida, haz algo ya.
Tenemos que estar bien con nosotros mismos, serenarnos, despojarnos de los sentimientos de culpa, ser capaz de recuperar la independencia emocional y perder el miedo a estar solos con nosotros mismos. Perder el miedo a perder y estar en el lugar que queremos estar y con quien queremos.
Pasar del miedo a la confianza, no hacer una cosa y otra solo porque le gusta a otros, pensar que ver feliz a los demas es bueno y si eso nos hace tambien feliz a nosotros.
En las relaciones no hay que estar deacuerdo en todo, lo importante es hablar, comunicarse y no perder la capacidad de eleccion, una vez uno y otras veces el otro.
La bronca o la discusion, no sirve para nada, esta claro que los altibajos estan ahi, lo importante intentar salir sin causar daño a uno mismo o al otro.
Para recuperar la confianza, necesitamos ver al otro ponerse en nuestro lugar , que no es enemigo, sino el amigo que me apoya y me quiere y que tiene en cuenta mis necesidades y deseos tanto como los suyos.
No se trata de demostrar nada, ni de justificar nada y darnos cuenta que no pasa nada por no tener razon, o si la tenemos que no nos la den. Las perspectivas de las cosas cambian a traves de las personas y del tiempo.
Que nos den la razón cuando nosotros no nos ponemos en el lugar de las otras personas es difícil, porque el otro siente lo mismo que tú, quiere que le comprendan y le den la razón, alguno tiene que empezar, ¿por qué no reconocer que los dos tenemos razón?
• Pilla haciendo algo agradable a tu pareja y reconóceselo con un beso, una sonrisa o una palabra amable. Que se dé cuenta de que te gusta, no te quedes pensando “qué mosca le abra picado”, “algo querrá”,... y pongas mala cara o te quedes indiferente. A todas las personas nos gusta gustar, si se da cuenta de que así lo consigue tienes más posibilidades de que repita esas conductas agradables.
Importante: NUNCA se te ocurra aprovechar que hace algo bueno para echarle la charla o intentar solucionar conflictos de otro tipo, Ej.: “si fueses así siempre que bien nos iría”, “ves como cuando quieres puedes resultar adorable”, etc.
• Cuando tengas que dar tu opinión, primero le escuchas atentamente y luego le dices:
- “ENTIENDO QUE...” (Demuestras que has comprendido su idea, muestras empatía y, si es posible los puntos de acuerdo con su postura)
- “TAMBIÉN ES CIERTO QUE...” (Procura no usar un PERO... porque parece que lo anterior no vale. Das tu opinión o argumentas con hechos otro punto de vista distinto al escuchado. Si vas a dar tu opinión subjetiva, utiliza mensajes “YO”, habla por ti, y no te metas en descalificaciones hacia los demás)
- “POR LO TANTO SUGIERO... O ¿QUÉ PODRÍAMOS HACER?...” (Propones un cambio que satisfaga a ambas partes)
Importante: Recuerda que son 3 pasos y por ese orden, y que SIEMPRE tienes que empezar por demostrarle que te pones en su lugar y que respetas su punto de vista con un entiendo que... antes de dar tu opinión o de pedir algo. Trata de abrir el diálogo y la negociación en lugar de cerrarla con ataques personales, exigencias, malos modos, gestos de impaciencia, etc.
Deja de estar enfadada todo el rato, eso se consigue:
- No creyéndote mejor que los demás (cada vez que le culpas tan duramente por algo es porque se te olvida que también tú tienes defectos),
- Evitando los “campos de minas” (aquellos asuntos con los que eres especialmente susceptible),
- No provocando la ira de los demás (pinchando y señalando sus defectos, a veces gratuitamente),
- No sobrecargándote de trabajo o de responsabilidad más de lo estrictamente necesario. El estrés produce irritabilidad (seguro que puedes reducir la carga que te auto impones, ¿qué más da si hoy no paso el aspirador y me tumbo un rato a descansar?, mímate más)
Evitar frases hechas y que van dirigidas a criticar, porque cuando estamos de bajon salen palabras que no queremos, tener cuidado y que el otro nos ayude cuando todo va mal, es lo que de verdad nos da confianza en el otro, saber que esta ahi para nosotros y hacer saber que estamos ahi para el otro. Dos piezas del mismo puzle.
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